estas orillas

Cinco años antes, un minuto, un sutil segundo ya estaba el poeta, la pluma, la letra... (estaba todo) ahí, aquí, antes de que naciera. Sin saber que es el ser, nací sólo por ser. Había sucedido lo que iba a ocurrir en el simétrico encuentro del caleidoscópico-mundo: la historia con sus batallas el desamor en las miradas el niño disfrutando su ser sin saber que hay un futuro después. Y cómo saber que ha sido lo que la historia explicó cómo no sé que soy yo la que el mundo se inventó. Pero no, no hay tanto poder en mí - Ya hubiera muerto - para comprobar que aquí la que soñé ser fui yo.

Si quiero estar, estoy. Si quiero desaparecer estoy, porque más allá de lo que desaparece para nombrar el fantasma de los sueños se está. Se está por pura convicción lógica, por el sólo hecho de desaparecer para querer nombrarme como un sueño, como un personaje de frivolidad mágica que abre las ventanas de las poesías. Adentro de mi todo un pueblo y yo, la que nombra a cada uno; se desmemoria de si misma y viven ellos, ellas, viven y mueren tantas veces como segundos, letras, números. ¡Viven! Yo muero.¿Quién soy, sino ellas, ellos? Entonces, vivo.