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Mostrando entradas de abril, 2011

Maquinaria de metáforas

Hay una máquina de pintar ¿tú lo sabías? Puedes subirte a ella como en una bicicleta, le das cuerda y ella pinta lo que le da la gana. Vas girando tus piernas y si piensas en un paisaje ella busca un amarillo pálido de tanto estar ahí sin usarse y pinta algo que no comprendes; al fin y al cabo su lenguaje no es el tuyo. Luego, le dictas una palabra y ella recupera una metáfora. Piensas en la existencia. Ella toma el azul del cielo sin una nube y hace que respires para que no te mueras. Hace sonidos mientras pinta, para hacerte saber que va pasando el tiempo, yo le di el color rojo a la máquina pero no supo hacer el sol y le dejó al vacío el blanco para que me sople el viento. Hace frío. Me detengo. Quería seguir en la bicicleta por ciudades incomprensibles hechas por una máquina a la que le doy vuelta, pero ella busca otro lienzo, empuja mis ojos a la calle verdadera: El abrigo, la bufanda, las manos en los bolsillos ¿cómo se siente el frío? Como peces en los zapatos que no d...

Insignificancias

El recuerdo algodonoso se entreteje ávido de volverse hilo, de ser ese conducto final de la sonrisa. Para pasarse la vida en insignificancias, contando los libros por autor, tema y año; para fotografiar las plantas en sectores, para desentrañar el diseño de las tijeras en el siglo XIX, en fin, para desdoblar todo eso que nos une al cosmos. ¿Qué es lo que significa? ¿Lo qué importa? La flor de lunes, la lluvia en martes, el diálogo de Diógenes con Alejandro Magno, cuando éste le dijo: - Maestro, pídeme lo que quieras - y él le contestó - Sólo quiero que te quites porque me tapas el sol y me haces sombra. - ¿Saber esto importa? Conocer las batallas, los ganadores, los vencidos, la locura del loco que viaja sin fecha, el tiempo que conscientes de él nos agota... He aquí las insignificancias de lo que pienso.

El pasado nos multiplica

Era casi sencillo ser así y platicar de los trece años, de la cara fría de la luna. De los habitantes de las estrellas. Platicar nos vuelve poéticos, interesantes, cómplices del vino. Insensato conocerse mientras la vela y el día. Insensato decir que una no es nunca y cambia siempre. Ahora las guitarras y Asturias se acomodan perfecto a mi escalada en el libro. Se multiplican descritas las imágenes: tortura, filosofía. ¿La pintura es, o necesita comprenderse? Le imploraremos un significado o dejaremos sus colores al deleite. Quería amarle el p asado, la efímera verdad del presente no le bastaba. ¿Será verdad y cuando cuentas el pasado te mueres un poco menos?