Hasta que leí ese cuento no lo había pensado: somos dos. Te levantas en mis pensamientos "ay ay ay" siembras tu patria. Discuto contigo lo que haremos. No me había dado cuenta que a veces me susurras cuentos oscuros, o desatas la insensatez dela carcajada. Al menos no hemos hablado de matar a nadie. No he encontrado un arma, creo que nos gusta más la posibilidad... por eso nos instalamos en la tristeza: es como una fogata en la que tú y yo nos calentamos. Desde lo profundo te veo hablar como el fuego. Eres el fuego. Me arrullo, me duermo y vienes en la mañana con reclamos, con tormentos. No te olvidas de mi. Eso me hace saber que sigo viva. Te propongo música, movemos los acordes. Siempre has estado aquí. Eres natural como los silencios cuando no estás.
Comentarios