¿Me lees Guardabosques?
Le imploro al guardabosques, a ese que está allá vestido de Fauno. El que cuida las llanuras con un traje de duende y se sabe palabras dulces para las flores. A ese, el guardián del tiempo poético, el que se distrae del segundero y hace que giren las ramas de los árboles empujando a las noches para que avancen más rápido.
Se que está ahí y que juega con la rueda de la fortuna. ¿Quién le enseñaría ese secreto? No tiene padres, en cambio se muy bien que ha tejido un sombrero en la luna, el mismo que se destruye en nuestro amanecer mundano.
Ahora comprendo la vida viaja en las alas de los aviones y allá se fue ella. A la vida le pido querido Fauno que me la traiga de regreso y a un tiempo: el del minutero. Sí, el de la poesía en prosa del libro que me dejó.
Podrías ir con esos pies tuyos a decirle en su sueño que aquí estoy esperando la música de su piel, podrías atreverte acaso a desafiar esta hora y llevarle el dibujo que le he hecho en este avión de papel.
Es muy posible que en aquella esquina se quede el tiempo con sus carcajadas mecánicas, si tan sólo pudiera encontrar las palabras adecuadas y me procures el milagro de tejer un puente de la luna al sol esta noche y seamos eclipse ella y yo.
Comprendo querido Fauno que es caligráficamente posible que me hayas escuchado y nos reveles la cercanía del tiempo que no tiene distancia.
Se que está ahí y que juega con la rueda de la fortuna. ¿Quién le enseñaría ese secreto? No tiene padres, en cambio se muy bien que ha tejido un sombrero en la luna, el mismo que se destruye en nuestro amanecer mundano.
Ahora comprendo la vida viaja en las alas de los aviones y allá se fue ella. A la vida le pido querido Fauno que me la traiga de regreso y a un tiempo: el del minutero. Sí, el de la poesía en prosa del libro que me dejó.
Podrías ir con esos pies tuyos a decirle en su sueño que aquí estoy esperando la música de su piel, podrías atreverte acaso a desafiar esta hora y llevarle el dibujo que le he hecho en este avión de papel.
Es muy posible que en aquella esquina se quede el tiempo con sus carcajadas mecánicas, si tan sólo pudiera encontrar las palabras adecuadas y me procures el milagro de tejer un puente de la luna al sol esta noche y seamos eclipse ella y yo.
Comprendo querido Fauno que es caligráficamente posible que me hayas escuchado y nos reveles la cercanía del tiempo que no tiene distancia.
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Sigue escribiendo Tania, por ti y por nosotros.