Contrapeso

Sólo poseía una tarjeta de crédito. De antemano el dinero no existía. 
En su bolsillo ese plástico era un contrapeso, el acceso al pesado mundo de la existencia. 

Sin embargo, le atraía la posibilidad de tener menos que nada. 
Eso lo confortaba. Rojos los números en el cero eran las barreras de infinitas decisiones que mejor no tomaba.

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